lunes, 27 de febrero de 2012

La fuente

"¡Ah! La fuente" dijo en voz alta para que alguien lo escuchara, sin importarle el acento. Realmente su voz sonó terrestre. Sintió una corriente que partió de la base del cráneo y le recorrió los nervios más finos hasta llegar a los más gruesos y fuertes. Él sabía, sabía que se trataba de la sensación de encontrarse entre los humanos. Nadie se fijaba especialmente en él y eso le daba seguridad. Se acercó al borde de la fuente y miró el agua espejeante bajo las farolas. El cielo negro lucía tan diferente a como lo percibía desde su nave. Se inclinó un poco, lentamente metió la mano en el agua, fue una sensación que jamás había experimentado. La humedad destelló en la piel casi terrestre. Puedo ser uno más, uno más. Permaneció en silencio mirando la quieta superficie trasparente. Arriba, muy alto, sus compañeros empezaban a preocuparse.