martes, 29 de junio de 2010

Días en el espejo

El día de cada día se viene abajo, rompiéndose como un espejo y ello significa siete años de mala suerte. En el espacio en blanco de una anuncio de una revista anoté que no me importa el día roto, sólo continúo bebiendo mi café en silencio; que no me perturbe la idea de la mala suerte... tengo, casi por primera vez, algunos pensamientos animosos. Hoy tampoco escribí en mi cuadernillo de notas. No sé qué me está pasando.

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